sábado, 4 de abril de 2020

EL DÍA Y LA HORA


Mat. 24:36
«Pero del día y la hora nadie sabe, ni aún los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre»
Mar. 13:32
«Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre»
Si de algo el pueblo adventista debiera tener vergüenza es de haber dicho al mundo que nuestro Señor Jesucristo vendría el 22 de octubre de 1843, y como todos sabemos, no vino. No contentos con esto, por segunda vez supuestamente encontraron que la Biblia dice lo que no dice: revisaron sus cálculos, corrigieron las partes que creían erradas, y lanzaron una nueva fecha: pero tampoco vino. El fin de la historia en ese tiempo fue que de unos 50 mil creyentes quedaron reducidos a 100: el 99.8% perdido. En nuestros días y en nuestra congregación, el pastor Elmo Amaya expuso en el Conversatorio de 1997, en Bagua Chica, que en el año 1998 empezaría la persecusión y la Segunda Venida sería el año 2000. No ha sido el único atrevido: recuerdo tambien predicar lo mismo, con la Biblia y el Conflicto de los Siglos en la mano, en la Iglesia de Las Quintanas al hermano Daniel Abanto papá, de la Iglesia de Chepén.
¿Tan difícil es darse cuenta que el día y la hora nadie sabe? Escrito está: «nadie sabe». Pretender descubrir esto destruye la fe porque destruye la certeza de lo que se espera y arruina la convicción de lo que no se ve. Si un cálculo aproximado fuera posible ¿creen que Jesús no lo habría hecho o descubierto en las profecías de Daniel?
Que nadie se quiera pasar de listo pretendiendo que puede llegar a saber más que nuestro Señor Jesucristo. ¿Alguien cree que Jesús no estudió las Escrituras o que tal vez no conoció las profecías de Daniel? En Luc. 16:29, 31 citó a Abraham, Moisés y los profetas, y antes, en Luc. 13:28 citó a Abraham, Isaac, Jacob «y a todos los profetas». Hay una expresión especial: «hijo de hombre» (no confundir con otra expresión parecida «hijo de los hombres», en Gén. 6:4 o «hijos de un varón», en Gén. 42:11) que se aplica a un tipo especial de hombres. Se llama «hijo de hombre» a Ezequiel (Eze. 43:10), a Daniel (Dan. 8:17). Ambos tienen en común que comunican a la raza humana la Palabra de Dios, por eso los llamamos profetas (Amós 3:7). Estos «hijo de hombre» son los profetas a quienes Dios manda a profetizar contra los profetas de Israel (Eze. 13:2). Jesús es el «Hijo del Hombre» (Mat. 8:20) a quien Daniel vió «como un hijo de hombre» (Dan. 7:13).
Cuando Jesús enseñaba en el templo, a sus apóstoles y a la multitud, e incluso cuando fue tentado por Satanás citaba las Escrituras (en Mat. 19:4 se refirió a Gén. 1:27; en Mat. 15:4 citó a Éxo. 20:12; en Mat. 4:4 citó a Deut. 8:3; en Mat. 4:7 citó a Deut. 6:16; en Mat. 15:7-8 citó a Isa. 29:13). Reconoció a las Escrituras como fuente de verdad contra el error («Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios» Mat. 22:29).
Jesús no ha dado día y hora de su Segunda Venida pero sí dijo qué señales habrán.
«Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamiento» Isa. 56:8-9.
Oseas 4:6 «Mi pueblo fue destruido, por le faltó conocimiento»

lunes, 30 de marzo de 2020

PRINCIPIO DE DOLORES


Asustados porque el presidente, sus 19 ministros (18 más la ministra de Salud que renunció) y todos los periodistas dan a entender que todos nos podemos infectar del nuevo virus y morir, en términos religiosos hemos recordado el “principio de dolores” registrado en Mateo 24 y Marcos 13; Lucas 21 habla de estos hechos sin mencionar la expresión principio de dolores. Quisiera nos preguntemos: 1) qué significa esa expresión, 2) qué relación tiene con la actual pandemia y 3) qué relación tiene con la Segunda Venida de nuestro Señor Jesucristo.
Aquella noche cuando Jesús dijo: “No quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada”, cuatro apóstoles le preguntaron acerca de “estas cosas” (la destrucción del templo) y acerca de otros dos hechos: su venida y el fin del siglo; son dos preguntas para cada uno de estos tres hechos: ¿cuándo ocurrirá?, ¿Qué señales habrá? Que se las puede esquematizar así:
Hechos \ Preguntas
¿Cuándo ocurrirá?
¿Qué señales habrá?
A. Destrucción del templo


B. Fin del siglo


C. Su venida


La palabra “principio” marca el instante inicial, antes del cual no hay ninguno; por lo que “principio de dolores” es el instante en el cual comienzan los dolores. Aunque Mateo y Marcos no dicen que se trata de dolores de parto, el final feliz de los hechos deja claro que no habla de dolores de otro origen sino de una comparación con los dolores de parto. Este parto es el final del embarazo. Si el embarazo dura aproximadamente 6,480 horas (9 meses x 30 días x 24 horas = 6,480 horas), los dolores del parto vienen en las 18 horas finales del embarazo; es decir, ocurre en 0.28% (18 ¸ 6,480 = 0.0028 = 0.28%) del tiempo del embarazo. Primera conclusión: los “dolores” del fin del siglo durarán muy poco, en comparación con todo el tiempo del fin del siglo.
Cuándo
En Mateo 24 y Marcos 13 se registra la respuesta de Jesús acerca de cuándo serán estas cosas: solo lo sabe el Padre (ni el Hijo ni los ángeles lo saben: no ha sido revelado).
Señales
En Mateo 24 aprecian los siguientes grupos de señales, que corresponden a cada hecho [las letras A), B) y C) son para llenar en la tablita de líneas arriba]:
A)     Mat. 24:5-7, principio de dolores
Entonces:
B)      Mat. 24:9-12, 14, amor enfriado y testimonio
a.       Mat. 24:9-12, tribulación, falsos profetas, amor enfriado
b.      Mat. 24:14, testimonio a todas las naciones
Por tanto:
C)      Mat. 24:15-28, tribulación
E inmediatamente después:
Mat. 24:29-31, Segunda Venida
a.       Mat. 24: 29, señales en el sol, luna, estrellas y potencias de los cielos
b.      Mat. 24:30-31, los escogidos son juntados por los ángeles