miércoles, 29 de abril de 2020

NOS PROHIBIERON CANTAR


Con relación a hechos ocurridos esta semana, que me apenan e indignan, escribo este punto de vista en el marco de mis certezas acerca de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Aunque supongo estuve registrado en la Iglesia hasta que tuve cuatro años de edad, no tengo recuerdo de eso; conocí a la Iglesia fuera de sus templos: en la Asociación Peruana de los Adventistas del Séptimo Día, donde aprendí a amarla y donde prometí que no entraría a sus templos, luego que nos prohibieron para celebrar los cultos en 1968 y ni siquiera nos dejaron entrar a escuchar el Congreso de la Asociación General de junio de 1970, en New Jersey, EE. UU.

PROPIEDAD INTELECTUAL

Cuando la Iglesia adventista del Séptimo Día recurre al Estado para que cautele su derecho a la propiedad intelectual, ha degenerado su misión de llevar la Palabra hasta lo último de la tierra (Hech. 13:47). ¿Cuánto pagaron Jesús y sus apóstoles para cantar el himno aquella noche luego que fue instituida la Santa Cena? (Mar. 14:26). Seguramente la nueva teoría es que todos, incluido nuestro Señor Jesucristo, deba pagarle al propietario de los derechos de los autores de los himnos por cantar sus himnos; ojalá fueran los hermanos, es la organización lucrativa en que se ha vuelto. La orden de cantar «cántico nuevo» no es invención humana sino proviene de la Biblia (Sal. 149:1; Isa. 42:10; Apoc. 5:9). Gracias sean dadas a Dios que la Iglesia ni nadie nunca podrá cobrar jamás ni el mínimo dinero a los redimidos cuando entonen el cántico del Cordero (Apoc. 15:3).

Entendería que los antiguos enemigos de Dios nos prohíban cantar a menos que lo hagamos previo pago, pero, por supuesto, estos hermanos de la actualidad, dueños de la Iglesia, no son sino comerciantes de la Palabra. En realidad, la Iglesia adventista del Séptimo Día es dueña de casi todo. No se puede ni pensar diferente porque si eres empleado (pastor, misionero; no hablo aquí del personal administrativo sino solamente del personal ministerial) y te atreves a difundir enseñanzas fundamentadas en la Biblia y los Escritos Inspirados, pero que sin embargo contradicen acuerdos previos de la Iglesia, te botan del trabajo. Como botaron al pastor australiano Desmond Ford, a pesar de lo cual él pasó al descanso el año pasado como miembro de la Iglesia adventista. Él nunca fue siquiera acusado de un manejo administrativo indebido, no arreglado a las normas internas, o algo de su vida personal, no, su caso fue totalmente religioso y escritural. Él fundamentó dentro y también fuera de la Iglesia a nivel académico que nuestra interpretación oficial de la profecía de las 2,300 tardes y mañanas está equivocada, pero como la ley y el testimonio no les importa, lo botaron.

Por si no sabían o lo han olvidado, en la Iglesia Adventista del Séptimo Día tienen que apegarse a sus normas humanas, si crees en la Biblia y en los Escritos Inspirados, si tu vida es testimonio de piedad e incluso si entregas tus diezmos, no importa; solo importa cumplir sus órdenes. «Se espera que los funcionarios y administradores trabajen en armonía con el Working Policy de la Asociación General. Aquellos que muestran incapacidad o falta de voluntad para administrar su trabajo en armonía con la política no deben continuar en el liderazgo ejecutivo de sus respectivos campos o juntas/comités de gobierno» GC Working Policy, B 15 15.

LA CORPORACIÓN

Desde este mes, abril de 2020, ya no podremos cantar los himnos del himnario adventista en nuestros servicios de adoración: el audio de estos himnos han sido desactivados de las plataformas virtuales que se venían transmitiendo a través de Facebook en los presentes días de inmovilización ordenado por el gobierno. Primero nos advirtieron que lo harían. Luego ya lo han concretado. Podemos usar el himnario digital en lugares públicos como el templo o en una plataforma virtual, pero previo pago al propietario, que este caso es la Asociación Casa Editora Sudamericana®, que reporta a la General Conference Corporation of Seventh-day Adventists®. ¿Notaron esa palabrita Corporation? La GCC SDA tiene su sede en Columbia (por eso decimos que su sede está en Washington, D.C., por district of Columbia) y no es lo mismo que la General Conference of Seventh-day Adventists®, cuya sede está en Maryland. Por si caso: la corporación no lo encuentran en Wikipedia pero sí en Bloomberg (https://www.bloomberg.com/profile/company/7336554Z:US). El que lee entienda.

La próxima vez que quieran ir a sentarse en las bancas de la Iglesia adventista del séptimo día, piensen dos o más veces: las organizaciones no existen, no existen en la realidad, por tanto no tienen vida propia, no tiene vida, tan siquiera. Lo que existe son las personas y las cosas. Así, nadie puede decir que ha visto a su patria o al Estado, simplemente porque no existen en el mundo de la realidad, lo que existe son personas, luego estas personas se apropian de lo que quieren y pueden: terrenos (territorio), construcciones (caminos, ciudades), etc; estas personas hacen lo que quieren con ese esos territorio, construcciones, etc. porque tienen la exclusividad del uso de la fuerza. Con la Iglesia adventista ocurre algo peor: un grupo de personas en nombre de toda la hermandad deciden qué se hace porque el Congreso General es una farsa de representación. Por eso es buen negocio estar en el poder. Estos son los seis últimos presidente de la Asociación General hasta el actual:

Presidente de la Asociación General
Años en la presidencia
Procedencia
Ted Wilson (hijo de Neal)
10
EE. UU.
Jan Paulsen
11
Noruega
Robert Folkenber
8
Puerto Rico, EE. UU.
Neal Wilson (papá de Ted)
11
EE. UU.
Robert Pierson
12
EE. UU.
Reuben Figuhr
12
EE. UU.

Al único presidente latino, Robert Folkenberg, lo destituyeron (oficialmente renunció luego de una inminente demanda por una supuesta estafa); conociendo su ministerio, renunció para evitar el escándalo y burla que hubiera traído a la Iglesia (en mi opinión, es una lectura errónea de Mat. 18:6 «Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeñitos que creen en mí; mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar» porque nuestro Señor Jesucristo también en comparado con la piedra de tropiezo por Pablo y Pedro en Rom. 9:33 y 1° Pedro 2:8) a pesar que de él saliera bien librado porque todas las acusaciones en su contra eran falsas. ¿Cuál fue su delito? 1) Ser latino, creo yo, pasó su niñez en Puerto Rico y Cuba, 2) su lengua materna fue el español, 3) cantar [aún circulan sus álbumes completos con himnos en español], y 4) sobre todo, la jerarquía de la Iglesia adventista (oficialmente se llama Executive Comitee, https://executivecommittee.adventist.org/), remedo de la curia romana de la Iglesia católica, se evitó la vergüenza que les hubiera significado anunciar en el Congreso de la Asociación General que este pastor latino había hecho crecer a la Iglesia adventista como nunca antes en su historia, tan solo en los ocho de su presidencia creció 68%.

Si alguna vez pensaron que noviembre de 1968 es un lejano tiempo del siglo pasado, les digo que no, las razones para proclamar la Asociación Peruana de los Adventistas del Séptimo Día están vigentes cada día. En aquel tiempo de inmediato vinieron los despidos de los hermanos que trabajan para la Iglesia (¿No me creen? Pregúntenle al hermano Teodoro Vásquez Tapia qué hicieron con él), luego fueron los juicios para desalojar los templos (no nos quitaron los templos de Chepén, calle San Pedro 230, y El Porvenir, calle Micaela Bastidas 1239), ahora nos prohíben usar los himnos cuando difundimos la Palabra de Dios.

Termino con esta Palabra: «Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume» Juan 2:17.