domingo, 20 de septiembre de 2020

Ha caído herido

Ángel Constante Burgos Villacorta ha caído. Así es el pecado, así es la maldad, así es el miserable destino de todos nosotros: ¡muerte segura! Se propuso aumentar la feligresía de nuestra Asociación, una institución pequeña pero compleja. Sin ningún líder religioso conocido fuera de la Iglesia, tampoco sin un líder organizacional que definiera rumbos y le diera sentido a nuestras experiencias. Sin dinero en caja y con deudas vencidas. En noviembre de 1990 aceptó el llamado del Congreso Bienal y aceptó ser nuestro presidente, con mucho en contra. Si en los días del profeta Elías 7,000 no habían doblado rodilla ante Baal, ¿por qué nosotros éramos tan poquitos, tal vez 200, contados alrededor de 11:45 a. m. del sábado, el instante en el que se registra la mayor asistencia? Cómo podíamos ser más si ni siquiera habíamos pagado los sueldos completos de los pastores y la secretaria. Quién podría trabajar en semejantes condiciones. El obrero, ciertamente, es digno de su salario, pero nosotros no éramos dignos del respeto de ese personal. El flamante presidente Burgos en menos de un mes puso al día las deudas y nunca pagó con retraso, antes aumentó los sueldos tres veces en el lapso de dos años, a pesar del shock sobre la economía nacional: devaluación brutal de la moneda en 1992 y paquetazo orquestado entre los ingenieros Fujimori Fujimori y Hurtado Miller, presidente del Perú y premier, respectivamente. En ese lapso contrató para el ministerio eclesiástico al hermano Fabio Rodriguez, anciano ordenado de la Iglesia de Las Quintanas, el único que continúa después de 30 años.

¿Sorochuco, en serio? Qué es eso, dónde queda, si acaso existe. Apenas habían transcurrido cinco meses de su presidencia y sus palabras fueron: “Vamos a respetar esa designación porque es acuerdo del Congreso. El Conversatorio de Jóvenes se va a realizar en Sorochuco” y apagó un conato de controversia. El sábado 3 de agosto de 1991 se congregaron en el mercado de abastos del distrito de Sorochuco, provincia de Celendín, región Cajamarca, más de 700 personas, coronando de éxito el momento central del conversatorio. No dejó nada al azar sino dedicó talento y trabajo duro: él en persona fue a la zona y al regresar a la sede institucional dispuso 150 horas-hombre de presencia ministerial en las provincias de Chota y Celendín. Ningún día, en ningún momento, desde la inauguración del conversatorio, el aforo del templo contuvo a todos los asistentes y muchos tuvieron que escuchar el programa desde afuera, desde la pista y vereda de la calle. Democrático increíble, no recorrió el campo institucional por aplausos y gloria sino por el sentido de honor y del deber cumplido. En cuanto a ese lugar, antes ya había ido pero a trabajar, luego dejó que ministros y dirigentes jóvenes dirigieran el conversatorio. Figureti: jamás. Él ni siquiera fue.

Debe de haber sido su experiencia en la docencia, en dirección escolar y en sindicalismo, lo que le permitieron inspirar confianza en el destino compartido. Era muy fácil estar en desacuerdo con él y coincidir en muy poco, pero no le importaba demasiado ni lo tomaba en cuenta. En cambio, en dos temas capitales su nivel de concesión era cero. Un tema es el antiimperialismo. El otro tema es la fe. Por antiimperialismo entendió que nadie, por muy poderoso que fuera o mucho que tuviera, podría obligarlo a hacer lo que él no quisiera, ni de buenas maneras. Creía en la libertad porque los seres humanos primeramente estamos vivos y luego somos libres; por tanto, el derecho a la vida y la libertad existen antes del reconocimiento institucional de esos derechos. Por fe entendió que Dios ama sin condición. ¿Parece fácil? No es fácil ni simple. La gente hace lo que sea, hasta el sacrificio, por temor al Dios no conocido del Areópago ateniense, porque Él dará en su día el pago a cada uno conforme a sus obras, sostiene; en cambio, la fe enseña que quien se sacrifica es Dios, más aún, antes de nacer todos nosotros él ya se había sacrificado. Su fe, es decir, la certeza de lo que esperó y la convicción de lo que no vio, la fundamentó en la realidad de Su Obra, la obra de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

A jóvenes y adultos enseñaba haciéndoles que se enseñen a sí mismos porque no siempre él iba a estar al lado de cada quien. Al discrepante lo escuchaba porque lo respetaba en tanto ser humano, lo cual podía parecer que ya iba siendo convencido, hasta que luego de haber escuchado por completo decía su parecer y fijaba la posición institucional, en caso él tuviera el nivel jerárquico para decidir. Eso sí, no abdicaba cargo o encargo alguno. Era tolerante, que es lo opuesto a intransigente, pero no era cambiable ni voluble. Por eso hasta el final fue aprista y adventista del día sábado. Esto último, de los nacidos de la escisión de Iglesia Adventista del Séptimo Día en Perú, en 1968. Y no pudo haber sido de mejor manera, siempre tuvimos en él a un antiimperialista de fe. Navegaba igual en ambos mares porque los entendía como dos partes de la misma realidad de la existencia humana, por eso eran su permanente presente, tanto así que te podía decir en un momento hermano y un minuto después compañero.

Entendía cuando alguien estaba asustado por haberse metido en problemas pero él mostraba frialdad. Con el paso del tiempo eso se impregna en las convicciones propias y se aprende a tomar decisiones bajo tensión sin doblegarse ante el fuerte ni abusar del débil. Uno podía ir del miedo a la angustia pensando que él se mantendría al margen. Error. Él llegaba a exponer su nombre y su persona para favorecer al amigo débil y no volvía a tocar el tema. Pasaban años y para él era como si uno nunca hubiera fallado. Enseñaba a reclamar un derecho conculcado reclamándolo él mismo como si fuera suyo. Luego lo contaba porque era profesor a cada instante y debía enseñar a hacer por uno mismo lo que él había conseguido para uno. Habla y gesticulaba con vehemencia, tal cual habían ocurrido los hechos para demostrar cómo se hace aquello. Celebraba el triunfo del allegado y estaba ahí cuando nadie ni noticia tenía. Le satisfacía el logro ajeno.

Ahora que ha caído herido hará mucha falta. Algunos sentirán más su ausencia porque le han brindado con anticipación un lugar en su consideración. Otros, tras la careta de frialdad, indiferencia y dejadez, tal vez sientan que habrán muerto por dentro un poco.

Querido presidente Ángel Burgos Villacorta: descansa en paz.

 

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sábado, 11 de julio de 2020

De qué trata Apocalipsis capítulos 15 y 16: introducción


La gran ira del príncipe de este mundo


Este versículo describe el tiempo actual, es lo que estamos viviendo y está ocurriendo frente a nuestros ojos: “¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! Porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo”. Apoc. 12: 12


“Poco tiempo” no significa milenios, tampoco siglos, sino por el contrario significa que el reloj de la historia universal se ha agotado y solo restan muy escasos instantes para que cual sonido de la alarma terminen los “tiempos peligrosos” en los que vivimos, de los cuales habló el apóstol Pablo en 2° Tim. 3:1 y culmine del “tiempo del fin” que anunció el profeta Daniel (Dan. 12:4, 9).


Culminado este tiempo actual de gran ira del “príncipe de este mundo” (Juan 16:11), nuestro Señor, que es el único santo (Apoc. 15:4), dará en el templo celestial del tabernáculo del testimonio una señal grande y admirable: uno de los cuatro seres vivientes entregará a los siete ángeles siete copas de oro llenas de siete plagas de la ira de Dios para ser derramadas sobre la tierra (Apoc. 15:5, 7, 1). Entonces, ya no será tiempo perdón ni arrepentimiento, misericordia ni compasión, porque esas copas estarán llenas del vino puro de su ira (Apoc. 14:10).


¿Quién podrá librarse de las siete plagas?


El tercer ángel, de Apoc. 14:9-11, dijo a gran voz: “Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre”. Por el contrario, agrega en Apoc. 14:12: “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”.


De esta manera, las siete plagas afectarán a quienes tengan la marca de la bestia y adoren a su imagen (Apoc. 16:2). En cambio, quienes alcancen victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre estarán de pie con las arpas de Dios entonando los cánticos de Moisés y del Cordero sobre un terreno que al vidente Juan le pareció como un mar de vidrio mezclado con fuego (Apoc. 15:2,3).


Así como Jacob ya había sido perdonado por su hermano Esaú, a quien le quitó su primogenitura, pero él aún no lo sabía (Gén. 32:7, 33:8-9); así también, los hijos de Dios ya salvados, no sabrán si el Salvador del mundo ha perdonado sus pecados. No que Él no tenga poder para perdonarlos sino que no sabrán si su naturaleza humana caída ha confesado todos sus pecados, uno por uno en cada caso particular; porque, aunque Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad, se requiere la confesión humana específica de cada falta. Bien dice el apóstol Pablo “qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles” Rom. 8:26. Pero, cuando nuestro Señor haya dejado el trono de la gracia y se haya sentado en el trono de la gloria se habrá agotado el tiempo para acceder al oportuno socorro (Heb. 4:16, Mat. 25:31). Entonces, cómo podrán saber si han confesado una a una todas sus transgresiones y una a una todas sus omisiones, porque quien infringe la ley comete pecado (transgresión), pero quien sabiendo hacer lo bueno no lo hace, también es pecado (omisión). 1° Juan 3:4, Sant. 4:17.


Tiempo de angustia para Jacob


El profeta Jeremías al ver estos días exclamó: “¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado. En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, yo quebraré su yugo de tu cuello, y romperé tus coyundas, y extranjeros no lo volverán más a poner en servidumbre, sino que servirán a Jehová su Dios y a David su rey, a quien yo les levantaré”. Jer. 7-9. Las palabras ordenadas por apóstol Pablo seguirán siendo cumplidas por un pueblo que las practicó cuando la angustia no era tanta y cuando hubo momentos felices sobre la tierra: “Orad sin cesar” (2° Tesal.5:17).

Lo que sostiene al pueblo en pie no es la intercesión del Sumo Sacerdote porque esta ha terminado y el veredicto de cada caso ya habrá sido adoptado; lo que lo sostiene es la conexión con Cristo, de lo cual dijo “Separados de mí nada podéis hacer” Juan 15:4. Ese pueblo lo constituyen hombres y mujeres que como Elías, estarán dispuesto a tomar agua del arroyo y ser alimentados por cuervos, “Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.” (1° Rey. 17:4, Mat. 10:31. Luego, vendrá la coronación de vida a cada fiel con la transformación de su naturaleza corruptible en incorruptible y de mortal en inmortal. “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? (Sant. 1:12, 1° Cor. 15:51, 52, 55).


Las siete plagas

Este es el “tiempo de angustia” profetizado por Daniel, llamado “gran tribulación” por Jesús en Mat. 24:21 y detallado en Apocalipsis caps. 15 y 16. Entonces, “en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro” Dan. 12:1


Conclusión
 
“Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación”. Isa. 25:9

sábado, 4 de julio de 2020

Interpretación de los resultados de las pruebas Covid-19

¿Te han entregado los resultados de tu prueba Covid-19 y no sabes qué significa? Entra a estos link:

Ministerio de Sanidad de España
(Pruebas moleculares y rápidas)

Instituto Nacional de Salud de Perú
(Pruebas rápidas)

jueves, 18 de junio de 2020

LO MÁS IMPORTANTE DE LA LEY

INTRODUCCIÓN

Un primer punto puede ser: todos los mandamientos son iguales porque la ley es una unidad, por tanto lo más importante de la ley es toda la ley. Un segundo punto puede ser este: en el 4° mandamiento Dios puso especiales detalles, como que (1) es el mandamiento más extenso ya que abarca cuatro versículos, (2) es el único mandamiento que entrega una obligación de hacer (“te acordarás del día de reposo”) y una prohibición de no hacer (“no harás en el obra alguna”), los demás mandamientos expresan una obligación o una prohibición, pero no ambas, (3) es el único mandamiento conmemorativo, (4) porque es ejemplo de trabajo y reposo, (5) porque es el único fundamentado en la bendición y santificación originales de que fue objeto, por tanto lo más importante de la ley es el 4° mandamiento, el más importante entre los diez mandamientos iguales en importancia.

NUESTRAS REBELIONES

El lector apresurado y flojo no considera la totalidad de la Escritura y se va a conformar con el primer versículo que escuche al respecto. ¿Quién se imagina a Dios desconsiderado escribiendo tanto para un pueblo tan atareado en labores para el sustento material? Leyendo la Biblia poco a poco y siempre, con el paso del tiempo uno descubre que los años de lectura dan frutos de conocimiento y madurez. Uno aprende a navegar sobre antagónicos y disfrutar la Palabra del Señor: “tome su cruz cada día y sígame” y “fácil su yugo y ligera su carga” (Luc. 9:23, Mat. 11:30). Las dos son verdad pero no tienen igual importancia. ¿Todos y cada uno de nosotros que quiere seguir al Señor debe tomar su cruz cada día y seguirlo? Sí, absolutamente. No hay término medio.

- Pero ¿por qué dice que su yugo es fácil y ligera su carga, si la cruz pesa horrores?
Pesa mucho si la cargas tú ignorando que el Señor ya la cargó por ti.
- Sí, pero ahí dice “cada día”, o sea también hoy, mañana y los días que vendrán.
Exacto, porque está escrito: “Puesto los ojos en Jesús” (Heb. 12:1,2).

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”. Isa. 53:4-5.

HAY DOS CAMINOS

Dios, quien no obligó a Adán y Eva a obedecer ni pecar sino que les Dios libertad, a todos nos da libertad para elegir lo mismo: camino de vida o camino de muerte. (Jer. 21:8). Deut. 30:15 significa esto: camino de muerte y el mal es tratar de cumplir los mandamientos, antes y después del bautismo, antes y después del derramamiento del Espíritu Santo, sin y con la ayuda de Dios; en cambio, camino de vida y bien es 

EL BAUTISMO DE JESÚS

¿De qué pecados se arrepintió Jesús al ser bautizado? «Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados» Mar. 1:4-5. Cuando Juan se negó a bautizar a Jesús, Mateo registró su maravillosa respuesta: «Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia» Mat. 3:15. Jesús no tuvo pecado de qué arrepentirse porque ningún mal hizo (Luc. 23:41). Jesús dejó que Juan lo bautice por nuestros pecados. Ciertamente quien es bautizado luego de creer es salvo, como lo declara Mar. 16:16 ¿pero de verdad usted creyó que cuando el pastor introduce al creyente dentro del agua pasa a ser salvo? En toda la Escritura el testimonio es este: estamos muertos antes de haber nacido y salvados antes de haber nacido.
La explicación que Dios Jesús es contundente:

- El que creyere y fuere bautizado ... será salvo. Por tanto, todos tenemos que creer y ser bautizados.
- El que no creyere ... será condenado. Por tanto, todos tenemos que creer.

¿Y el que no fuere bautizado ... será condenado? No, porque Jesús se bautizó por todos. Ese es el caso de quienes vivieron antes de Jesús, también de quienes mueren sin el conocimiento de la verdad y de quienes no nacieron. Las organizaciones religiosas sectarias leen Mat. 28:19-20 al revés: primero el versículo 20, luego el versículo 19, y entonces inventaron las clases bautismales. Cuando un funcionario de Candace leía la Escritura, creyó que Isaías anunciaba el evangelio de Jesús y se dio esta conversación:

- Aquí hay agua, ¿qué impide que yo sea bautizado?
- Si crees de todo corazón, bien puedes.
- Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.  
Yendo por el camino llegaron a cierta agua, bajaron del carro en el que viajaban, el funcionario fue bautizado, y Felipe fue arrebatado por el Espíritu y resultó en Azoto. Hech. 8:26-40.

AÑO 2010

Cuando vi que el Manual de la Iglesia (año 2011, que incluye las modificaciones aprobadas en el Congreso de la Asociación General de la Iglesia adventista del séptimo día del año 2010), por primera vez incluye previo al bautismo el “voto (alternativo)” con tres preguntas, alternativo al voto de 13 preguntas, renové mi confianza en que los corruptos y apóstatas no son demasiados.

LO MÁS IMPORTANTE DE LA LEY

Esta es la respuesta de Dios: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello» Mat. 23:23. «Aquello» es importante pero no es lo más importante. Diezmar la menta, el eneldo y el comino es importante, pero lo más importante de la ley es la justicia, la misericordia y la fe. Nuestro bautismo personal es importante pero más importante es el bautismo de Jesús. Nuestras vida y muerte son importantes, pero más importantes son la vida y muerte de Jesús. Ir a la iglesia el sábado cuando se pone el sol durante lo que llamamos noche del viernes, asistir a los cultos de 9:15 a. m. y en la tarde, es importante, pero más importante es la presencia de Jesús en el templo de Herodes y ahora a la diestra del Padre.

No es una tarea imposible dejar de mirarnos a nosotros mismos y mirar a Jesús, y aun si lo fuera es necesario que cumplamos toda justicia.