sábado, 12 de marzo de 2011

Japón, terremoto 8.9 y tsunami: lecciones para Colombia, Ecuador, Perú y Chile

Terremoto 8.9 y tsunami de Japón: lecciones que debemos aprender
Martin Gonzalez

Los países que vivimos en el cinturón de fuego del pacífico siempre estaremos sometidos a estas manifestaciones tan bruscas de la naturaleza, siempre ha sido así, algunos países como Japón han aprendido de este rigor de la tierra y el mar, como Estados Unidos de los vientos atlánticos del golfo de México. Sin embargo, en nuestros países latinoamericanos aún tenemos muchas lecciones que aprender.

Tengamos claro que el miedo no es cura para nada, como tampoco lo es la indisciplina. 

Cuando se ha producido el terremoto en Japón, en Perú era las 00:46 del viernes 11 de marzo de 2011, y por la distancia fue imposible sentirlo; pero para eso existe precisamente (01) un sistema de detección de movimientos sísmos, (02) otro sistema de modelación del tsunami resultante, y (03) un sistema de mitigación de daños. 

En este blog colgamos amplia información desde pocos minutos de producido el terremoto de 8.9 en Japón. Puede comenzar a leerlos aquí.

Veamos cómo funcionaron cada uno de estos sistemas:


01. Sistema de monitoreo de sismos 

Apena producido el terremoto, los sistemas de monitoreo continuo lo detectaron. El USGS (Servicio Geológico de los Estados Unidos, por sus siglas en inglés) presentó su informe prelimnar con la siguiente nota: “This is a computer-generated message -- this event has not yet been reviewed by a seismologist.”. Qué maravilla, el sistema genera, incluso, un mensaje que da cuenta preliminar del terremoto, con coordenadas de localización (38.322°N, 142.369°E), magnitud (8.9), y si uno quiere, incluso en castellano (fíjese en esto: “viernes, 11 de marzo 2011 a las 02:46:23 PM hora local al epicentro”).

02. Sistema de advertencia de tsunamis

El WCATWC (Centro de advertencias de tsunami de la costa occidental y Alaska, por sus siglas en inglés) emitió un informe completo del tsunami en curso producido por el terremoto: información histórica de la zona, localización de la fuente del tsunami, horario de la trayectoria del tsunami, estado de alerta por localidad en el ámbito de su jurisdicción, hora estimada de llegada del tsunami por localidad y energía del tsunami con indicación del tamaño de las olas. 

Una más detallada información específica para nuestras costas sudamericanas la trajo el PTWC (Centro de advertencias de tsunami del Pacífico, por sus siglas en inglés) 

También dejamos la página web del Centro para la investigación de tsunamis de la Administración nacional oceánica y atmosférica)

03. Sistema de mitigación de daños

El temor de un supuesto inminente cataclismo se elevó a magnitud 12: se suspendieron clases, trabajo, viajes interprovinciales, se instalaron carpas de campañas, los hospitales se prepararon para recibir heridos, los gobiernos y principales gobernantes se pusdieron al frente del esfuerzo. 

Pero ¿era racional ese temor? 

En algún sentido podemos decir que sí, porque los terremotos recientes en Chile y Perú aún son muy duros de asimilar, pues fueron verdaderas tragedias potenciadas por la falta de previsión. 

Sin embargo, como dijo el Ing. Julio Kuroiwa en 2 canales de televisión de Lima que transmiten su señal a nivel nacional en Perú, y así fue informado por los centros de advertencia que hemos reseñado, el tsunami de Japón llegaría muy menguado a las costas del Pacífico sudamericano, con olas de pocos centímetros, algo más en Chile, menos en México, mucho menos en Ecuador y Perú, y apenas encima de lo normal en Colombia. El mar estaría movido, mojaría, pero no sería el apocalipsis ni el fin del mundo. 

Lecciones

¿Qué lecciones nos deja el tsunami producido por el terremoto de Japón? 

Primeramente, mirar los sistemas 01 y 02: Sistema de monitore de sismos, y sistema de advertencia de tsunamis. 

En segundo lugar: "Prevenir antes que lamentar" sin exacerbar el sistema 03 cuando no corresponde. Capacitarse en el tema.

Ahora, cuando el temor se aleja, es cuando debiera comenzar nuestra preparación para terremotos y tsunamis de los que nunca estaremos libres, y que un día serán catastróficos.